
En febrero nos quedamos trabajando en Buenos Aires, esto me dio la oportunidad de
recibir a nuevos participantes en los grupos y con ese tiempo más relajado del verano
también me moví por la cuidad. Así tuve la alegría de compartir el trabajo de las murgas
que las noches de sábados y domingos de febrero visitaron mi barrio en su travesía por
los barrios. A ellas quiero dedicar nuestra tarea de marzo ya que en el desfile de las
murgas reconocí un espíritu familiar con nuestra propuesta: nos curamos de la locura
cuando logramos despertar un sentimiento de pertenecer a la misma humanidad.
Buda definió ese saber en cuatro palabras: “Aquello que nunca muere”. ¿Y qué es
aquello que nunca muere? La parte que contenemos y que está más allá de la muerte sin
negarla y que expresamos al reír, llorar, amar y tomar la dignidad de nuestro destino en
el vivir y el morir. Anulamos así la típica negación de la muerte de la sociedad de masa
y escapando por la puerta principal a la razón enajenada que constituye la conciencia
anónima.
Las murgas están organizadas en base al respeto del tiempo y nos muestran cómo todas
las generaciones son contenidas en la comuna humana, y así los más grandes guían a los
más chicos, privilegiando el sostén de los otros al show narcisista. Una comuna nómade
con estilos locales y un diseño común que liga barrios, unifica banderas y balancea
expresiones esenciales.
En ellas vi logrado un corazón colectivo, primitivo y radical en acción. Ese corazón
genuino que nos conecta con la raíz necesaria para rescatar la pasión y transformar la
nostalgia en esperanza y la impotencia en canción Air Max 2016... ese corazón alegre
de alma de murguero que sirve de vasija para armar el círculo mágico dentro del que
podemos curar nuestros pies, manos y ojos, restituyendo vida real a esa trinidad
fundamental ... pies, manos, ojos ... caminos, los otros, la visión.
Bendecimos las murgas porque allí cada uno vuelve a tener un nombre propio y Andrés,
Gastón o Laura son sostenidos por los otros en cada murga misteriosa, mágica y
existencial. Escribo aquí la palabra misterio porque algo así me envolvía cuando me
preguntaba al ver a "Los rengos del Bajo" ¿de qué fuerza la vida les da estas danzas si el
destino les dio esos cuerpos? me parecían mágicas cuando me imantaba de formas y
colores con "Los alucinados de Palermo" y al verlos reír y reír en sus extáticos
encuentros y reencuentros circulares me preguntaba ¿irían a ser solitarios que muestran
semejante alegría al estar juntos? ... las concluía existenciales por la alegre y sincera
declaración del desdentado director de "Ilusiones del Tigre" cuando nos confesaba ser
una especie de excepción al decirnos: "Según algunos, dios le da pan al que no tiene
dientes; y como pueden ver a mí no me dio pan ni dientes, pero me dio un alma de
murguero que compensa lo que me falta".
La murga nos da una clave: permanecer ... va permaneciendo cuando aparece en medio
de la noche, transcurre y permanece, se va y permanece ... y así, el presente toma cuerpo
en nuestros cuerpos, el tiempo del reloj se vacía, el espacio se llena y el sentimiento
ocurre. Pura alquimia en la fuerza comunitaria.
A las murgas como a mí, no nos gustan los finales, los alargan, recrean y convierten en
un principio. De ese modo ritual re-tenemos lo esencial.
Con esta fuerza única que da lo nuevo cuando nace de un pasado reciente le sacamos la
careta a esa mentira establecida que nos persigue metiéndonos la idea-cuco de que solo
existe un final que es una muerte que mata ... y entonces cuando las murgas se van
lentamente entendemos otros finales .... que son antesalas de principios y nos damos un
tiempo para descansar en nuestro rostro original ... entonces muestras sonrisas y ojos
brillantes aparecen una y otra vez acompañando despedidas y así sabemos que la alegría
es una promesa cierta y volvemos a ser anfitriones del retorno del eterno retorno ... de
"aquello que nunca muere".
Entonces a los Audaces, Desfachatados, Alucinados, Guardianes, Rebeldes, Ilusos,
Cometas, Quitapenas ... murgueros de todos los barrios, van nuestros saludos sinceros
desde este barrio meditativo, existencial, misterioso y mágico llamado Luz de Luna.